HUMANISMO Y ANTIHUMANISMO
CORRIENTES FILOSOFICAS
HUMANISMO HISTÓRICO OCCIDENTAL
El humanismo renacentista se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIV hasta finales del siglo XVI en Italia, y en general para Europa, período de extraordinaria aceleración histórica al mismo tiempo se produciendo transformaciones políticas y espirituales.
El humanismo constituye una ruptura neta con respecto a la época medieval o si es la culminación de un proceso de maduración de temáticas filosóficas, religiosas, sociales, económicas, etc.
Todas las grandes figuras humanistas perciben que el tiempo que les ha tocado vivir es especial: un tiempo en el que la humanidad, luego del largo sueño de barbarie del Medioevo, retorna a sus orígenes, pasa a través de un “renacimiento” entendido según la tradición mística, es decir, un “segundo nacimiento”, una renovación total que le permite recobrar la fuerza.
La cultura del humanismo no trata simplemente de desarrollar y completar las realizaciones de la época precedente, sino de construir un mundo y una humanidad completamente renovados.
HUMANISMO CRISTIANO
Desarrolla en la primera mitad de este siglo como parte de un vasto proceso que comienza en el siglo pasado y se continúa hasta nuestros días.
Cultura del humanismo invierte la imagen que el cristianismo medieval había construido del hombre, la naturaleza y la historia; luego la Reforma protestante divide a los cristianos de Europa.
Las filosofías racionalistas se difunden entre las clases cultas, ponen en discusión la esencia misma del cristianismo.
Conquistan el rol de guía en la organización de la sociedad y en la definición de sus fines e ideales que hasta ese entonces había desempeñado la religión.
Es un fenómeno de masas que pone en peligro la sobrevivencia misma de la Iglesia como institución, es por ello que la iglesia tiende a un proceso de apertura y modernización sufriendo durísimas resistencias, cambios de rumbo y replanteos.
La Iglesia invitaba al Estado y a las clases más fuertes a ayudar a los grupos sociales más débiles.
HUMANISMO EXISTENCIALISTA
Surge al concluir la segunda guerra mundial teniendo como principal representante Sartre.
Corriente de pensamiento que él contribuyó a difundir a través de su obra de filósofo y escritor, y de su engagement o compromiso político-cultural.
La formación filosófica de Sartre recibe principalmente la influencia de la escuela fenomenológica, la filosofía académica francesa de su tiempo, fuertemente teñida de espiritualismo e idealismo, y hacia la que siente un neto rechazo.
Sartre se siente profundamente insatisfecho con la sicología moderna, con su planteo positivista y su pretensión de tratar a los fenómenos síquicos como si fueran fenómenos naturales, aislándolos, separándolos de la conciencia que los ha constituido.
La conciencia no es un simple contenedor de “hechos” síquicos, ni una suerte de espejo que pasivamente refleja, o deforma, la realidad externa; la conciencia es fundamentalmente intencional, activa, posee su propio modo de estructurar los datos sensibles y de construir “realidades” que, aun dependiendo de éstos, presentan características que les son propias y específicas.
Se caracteriza por la aplicación del método fenomenológico a temas de
Sartre trata de analizar las estructuras fundamentales de la conciencia que permiten y explican el fenómeno emotivo.
HUMANISMO UNIVERSALISTA
Surgió a principios de la década del ‘80, la situación de los humanismos era desordenada.
Heidegger, había descalificado a todo humanismo conocido como una expresión metafísica más, e invitaba a l silencio y a la preparación de la “nueva alborada del Ser”.
Al mismo tiempo el Humanismo teocéntrico, se hundía en sus propias contradicciones a pesar de los esfuerzos realizados para hacer aparecer al Cristianismo como la verdadera encarnación del humanismo.
W. Luypen, trato de hacer de la Fenomenología también un humanismo, aun cuando se vio claramente que el interés estaba puesto en abrir nuevos horizontes al Humanismo cristiano.
la palabra “humanismo” vagó por distintos ambientes y terminó confundida con una suerte de actitud que más bien se refería a la “preocupación por la vida humana en general”, acosada por los problemas sociales, tecnológicos y de sentido.
HUMANISMO MARXISTA
Después de la Segunda Guerra Mundial, el “modelo” de marxismo que Lenin había instaurado en la Unión Soviética estaba sufriendo una dramática y profunda crisis, mostrando con Stalin el rostro de una despiadada dictadura.
Sus representantes sostienen que el marxismo posee “un rostro humano”, que su problemática central es la liberación del hombre de toda forma de opresión y de alienación y que, consecuentemente, es por esencia un humanismo.
Entre los personajes más representativos encontramos: Ernst Bloch en Alemania, Adam Shaff en Polonia, Roger Garaudy en Francia, Rodolfo Mondolfo en Italia, Erich Fromm y Herbert Marcuse en los Estados Unidos.
El pensamiento de Marx ha conocido, durante el arco de su desarrollo y por diversos motivos, una amplia variedad de interpretaciones.
Posteriormente a la muerte de Marx (1883), el marxismo era interpretado prevalentemente como “materialismo histórico”, al que se entendía como una doctrina “científica” de las sociedades humanas y de sus transformaciones, fundada en hechos económicos y encuadrada en el contexto más amplio de una filosofía de la evolución de la naturaleza desarrollada por Engels.
El marxismo se adoptaba las ciencias empíricas, cuyo método y rigor pretendía extender al campo de la economía, la sociedad y la historia, antes dominados por concepciones “metafísicas”, es decir, irracionales y arbitrarias
ANTIHUMANISMO FILOSÓFICO
El estructuralismo de C. Lévi-Strauss: Es una de las corrientes de pensamiento que más decididamente adoptan una posición antihumanista.
Se trata de una tendencia filosófica que surge en los años Sesenta especialmente en Francia.
Se define como un "estilo de pensar" que reúne personalidades muy diferentes entre sí, activas en los más diversos campos de las ciencias humanas, tales como la antropología (C. Lévi-Strauss), la crítica literaria (R. Barthes), el psicoanálisis freudiano (J. Lacan), la investigación historiográfica (M. Foucault), o pertenecientes a corrientes filosóficas específicas como el marxismo (L. Althusser).
Se rechazan las ideas de subjetivismo, historicismo y humanismo, que son el núcleo central de las interpretaciones de la fenomenología y del existencialismo que, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, desarrollarían J.-P. Sartre y M. Merleau-Ponty.
Los "estructuralistas" tienden a estudiar al ser humano desde afuera, como a cualquier fenómeno natural, «como se estudia a las hormigas» y no desde adentro, como a una conciencia.
La investigación estructuralista tiende a hacer resaltar lo inconsciente y los condicionamientos en vez de la conciencia o la libertad humana.
Michel Foucault, siempre ha sostenido que no era un estructuralista, una denominación no significa nada, dado que engloba personalidades que tienen muy poco en común.
No existe un pensamiento verdaderamente libre: siempre «se piensa en el interior de un pensamiento anónimo y constrictor que es el de una época y el de un lenguaje.
Foucault describe los aspectos fundamentales de su problemática. El fin de toda su obra es intentar encontrar en la historia de las ciencias, de los conocimientos y del saber humano algo que sería como su “inconsciente”.
Uno de los obstáculos más graves con los que se enfrenta el pensamiento actual es la idea de "humanismo", Los descubrimientos de Lévi-Strauss, de Lacan, de Dumezil pretendían borran no sólo la imagen tradicional que se tenía del hombre, sino que, a mi juicio, tienden todas a convertir en inútil, para la investigación y para el pensamiento, la idea misma de hombre. La herencia más gravosa que hemos recibido del siglo XIX .
http://idd00qaa.eresmas.net/ortega/human/univers.htm